martes, 23 de febrero de 2016

Pan de masa madre 'fraudulenta'

Ya va siendo hora de que retome mi actividad bloguera. En los últimos meses se han sucedido diversas circunstancias, (con debacle informática incluida) que me han tenido apartada y con pocos ánimos, pero como todo en esta vida pasa, ya he reunido ganas, ideas y fuerzas renovadas ¡lo único que me hace falta es tiempo!. También tengo ganas de darle una vuelta al blog y su apariencia, pero eso me llevará un poquito más...
En cualquier caso, he elegido para la vuelta a la actividad una receta de pan, que es de lo que más me gusta cocinar, y se trata de una receta muy curiosa, muy resultona y muy, muy fácil de hacer: pan de masa madre 'fraudulenta'


Es una receta que descubrí en un blog americano, Lady and Pups y que me llamó muchísimo la atención dado su título: ¿qué es eso de masa madre 'fraudulenta? pues un recurso la mar de apañado cuando no disponemos de masa madre fresca y queremos conseguir un buen pan sin cargarlo con demasiada levadura. Para ello contamos con la inestimable ayuda de los fermentos presentes en un producto que solemos tener tan a mano como el yogur, que combinados con un pellizco de levadura de panadería, obran la magia.



Como resultado, tendremos una miga densa, muy esponjosa, a la que el yogur le da un ligero sabor ácido que recuerda al que obtenemos con masa madre de verdad. Es un pan que apenas necesita amasado y únicamente utilizaremos cuatro ingredientes y un tiempo de fermentación que puede variar entre 6 y 18 horas; cuanto más alarguemos la fermentación, más pronunciado será el sabor del pan. Lo ideal es utilizar un yogur natural lo más libre de aditivos posible, para que los cultivos estén vivitos y coleando y puedan hacer su trabajo. Yo utilicé un buen yogur ecológico desnatado.

Ingredientes:

405 gr. de harina de fuerza
385 gr. de yogur natural ecológico (puede ser desnatado)
8 ó 10 gr. de sal
1 pellizco de levadura de panadería (yo lo pesé y fueron 0,80 gr.)

Elaboración:

Mezclar la harina con la levadura y añadir el yogur. Echar la sal y amasar con la mano hasta integrar completamente todos los ingredientes. Colocar en un bol engrasado, que taparemos con papel film engrasado también. Dejamos fermentar a temperatura ambiente durante un mínimo de 6  horas y un máximo de 18, (es una buena idea dejarlo dentro del horno apagado). No conviene exceder el tiempo indicado de 18 horas, porque el yogur puede empezar a amargar a partir de ese momento.

Espolvorear ligeramente de harina la superficie de trabajo y colocar la masa sobre ella. Estirarla muy suavemente para no quitarle todo el gas y doblarla en tres para darle tensión. Darle forma de bola haciéndola rodar suavemente y dejar fermentar tapada con un paño enharinado entre una y dos horas más. El tiempo dependerá de la temperatura ambiente, sabremos que está lista cuando no recupere su forma rápidamente al presionarla con un dedo; en ese momento, le practicamos un corte en forma de cruz y la metemos al horno, que habremos precalentado a 220º. Si vaporizamos un poco de agua al introducir el pan en el horno muy caliente, conseguiremos una corteza más crujiente. Horneamos unos 45 o 50 minutos.



¡Ya tenemos nuestro pan! Con un esfuerzo mínimo, el resultado es sorprendente y más que aceptable.


Por supuesto, podemos 'tunear' este pan a nuestro gusto. Se me ocurre sustituir 50 gr. de harina de trigo por harina de centeno y añadirle unas nueces y pasas, o que la mitad de la harina sea integral y le ponemos pipas de girasol y semillas de lino, incluso pepitas de chocolate negro y trocitos de naranja confitada... En fin, tiene muchísimas posibilidades.