sábado, 7 de junio de 2014

¡Qué rico, Mamá! Polos de yogur y mango

Esta es mi primera participación en los retos ¡Qué rico, Mamá! y me estreno con una propuesta de lo más apetecible, ideada por la anfitriona de este mes, Beatriz, del estupendo y divertido blog Tengo un plan b. Nada menos que postres fresquitos y bonitos, para que a nuestros peques les entren por los ojos. Yo me he decidido por un dulce que, además de fresquito y mono es bien sano, pues no lleva grasas y está endulzado con sirope de ágave, un edulcorante natural de muy bajo índice glucémico. ¡Y no sabéis qué resultado más bueno! En casa ha sido todo un éxito.


Conseguí la idea de un programa de Canal Cocina, concretamente La cocina de Bill e Notting Hill. Bill Granger es un chef australiano que regenta un restaurante en Londres y vive allí con su familia. Me encanta su cocina fresca y aromática y, como él tiene hijas pequeñas, a menudo prepara recetas saludables y apetecibles pensando e ellas. En uno de sus programas hacía estos polos de yogur y mango que me enamoraron en seguida; son tan fáciles que, sobre la marcha apunté los ingredientes y me propuse prepararlos a la primera ocasión que se presentara, que llegó a los pocos días con esta propuesta. Mi receta cambia el azúcar por sirope de ágave y utiliza yogur sin grasa, pero por lo demás, es igual.

Ingredientes:
500 gr. de yogur griego 0% grasa (yo utilizo el cubo que venden en Lidl)
2 mangos maduros y firmes
100 gr. de sirope de ágave (esta cantidad se puede ajustar a nuestro gusto)
6 cucharadas de leche de coco
La ralladura y el zumo de una lima 



La preparación no puede ser más sencilla: por una parte, mezclamos el yogur y la leche de coco con la mitad del sirope, (probamos hasta que esté endulzado a nuestro gusto). Por otra, trituramos la mitad de los mangos (la parte más blanda) con el zumo y la ralladura de lima y el resto del sirope. Mezclamos esto con el yogur y le añadimos el mango restante cortado a daditos. Introducimos la mezcla en los moldes de polo y lo llevamos a congelador un mínimo de 4 ó 5 horas. ¡Y ya está!


Están realmente buenos y podemos estar tranquilas de que nuestros niños están disfrutando de un postre bien rico y sano, además tiene todas las posibilidades de variación que nos queramos imaginar: fresas, moras, melocotones, cerezas, y en versiones más 'pecaminosas, chocolate y lacasitos, dulce de leche y trocitos de galleta...


Como no cabía toda la preparación en los moldes de polo, coloqué el resto en unas flaneras que llevé también al congelador. Servidas con una salsita de chocolate, ¡maravillosas!


Pasaron sin problema la exigente cata de sus destinatarios.


Precioso reto, ¡un placer haber participado!